Microgestión: qué es y qué hacer desde Recursos Humanos para contrarrestarlo

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La microgestión o micromanagement es una forma de gestionar empresas, departamentos o equipos. En esta modalidad existe un director, responsable o líder que ejerce un elevado control sobre las actividades que realizan los empleados a su cargo. Un control riguroso que no valora en ningún momento la posibilidad de delegar tareas. 

Se trataría de un tipo de gestión empresarial que tiene una connotación negativa. Se caracteriza por coartar la libertad de los empleados para realizar sus funciones laborales. Dificulta el crecimiento y provoca inseguridad en uno mismo.

Puntos claves

  • La microgestión es una forma de gestión empresarial basada en el control excesivo de los empleados. 

  • Uno de los principios claves en un modelo de microgestión es priorizar la jerarquía

  • Una fuente generadora de microgestión es la falta de confianza

  • La productividad y el clima laboral se ven mermados en este tipo de gestión empresarial. 

  • Acabar con la microgestión es posible siguiendo pautas,como la delegación de tareas y la evaluación de desempeño. 

  • La falta de confianza en modelos de teletrabajo puede aumentar aún más los niveles de microgestión.

¿Qué es la microgestión?

La microgestión es un estilo de gestión empresarial. Consiste en hacer un control exhaustivo de las tareas encomendadas a cada trabajador. Se conoce como una forma de gestión donde predomina el control excesivo por parte del director o gerente. 

Es un modelo jerárquico. Una persona se encarga de tomar las decisiones y supervisar a los empleados. No existe la delegación de tareas ni una comunicación bidireccional que tenga en cuenta la opinión de los trabajadores. 

Se trata de un modelo de gestión que tiene la intención de mejorar el rendimiento de su trabajo pero que, sin embargo, en la mayoría de las ocasiones tiene un impacto negativo. 

¿Cuáles son las características de la microgestión?

Este modelo de gestión de proyectos y equipos tiene unas características muy definidas, que parten normalmente de la mencionada falta de confianza. Estas características son:

  • La microgestión tiene una estructura de liderazgo jerárquica

  • El micrománager ejerce un control excesivo sobre los empleados. 

  • La microgestión produce sobrecarga de trabajo y falta de autonomía en los empleados. 

  • Es un modelo de gestión que se puede implementar consciente o inconscientemente

  • En la microgestión las consecuencias son principalmente negativas y afectan fundamentalmente al clima laboral y a la productividad, entre otros parámetros. 

¿Cuáles son las causas de la microgestión?

Las causas de la microgestión están relacionadas con la desconfianza hacia las habilidades y competencias de los trabajadores. 

Todo parte del micrománager. Un jefe o directivo que tiene la intención de supervisar el trabajo, probablemente con la finalidad de que salga adelante de forma adecuada. Sin embargo, este seguimiento exhaustivo se torna negativo. El excesivo control sobre ellos les hace perder motivación y eficiencia. 

Las causas para favorecer esta actitud en el micrománager se derivan de su personalidad, con los siguientes rasgos distintivos:

  • Dominante. Es una persona que cree saberlo todo y que su verdad es absoluta. Quiere llevar el control. No se deja ayudar ni tampoco hace caso a las opiniones. 

  • Desconfiado. No confía en que los empleados realicen sus tareas como deben. A causa de ello, les supervisa constantemente y ejerce sobre ellos una elevada presión. 

  • Dificultad para delegar. Cree que por llevar el control de todo es más válido. No tiene en cuenta la posibilidad de delegar tareas porque le hace sentirse inferior, a lo que se une la falta de confianza en que las tareas encomendadas se realizarán con éxito. Tienen un concepto equivocado de lo que es ser director y las responsabilidades que ello conlleva más allá de mandar.  

¿Cuáles son los efectos de la microgestión?

La microgestión tiene efectos negativos para la empresa y los empleados. 

  • Desmotivación. Generada cuando el mánager no confía en tu forma de trabajar. Sentirse continuamente juzgado provoca falta de confianza y acaba creando trabajadores desmotivados.

  • Reduce la productividad. Tener un jefe que supervisa continuamente lo que haces poniendo en duda tu trabajo tiene efectos negativos. El empleado se desmotiva, disminuye su compromiso, potencia su inseguridad y con ello, la productividad. 

  • Genera estrés. El empleado se siente juzgado continuamente. Se pone en duda sus habilidades y ello repercute en su salud mental. Sufren estrés porque creen que su trabajo no es suficiente. 

  • Provoca un clima de trabajo negativo. No tener libertad para ejercer su trabajo afecta al ambiente laboral: empleados más irascibles y con poca ilusión por relacionarse y comunicarse con el resto de la plantilla. 

  • Aumenta la rotación del personal. Cuando una empresa desarrolla la microgestión, consciente o inconscientemente, la actividad del empleado se ve perjudicada. Desmotivación, insatisfacción, inseguridad, estrés, etc. Todo ello hace que opten por buscar otro empleo. En muchos casos buscando el despido a través del absentismo laboral, por ejemplo. Ello implica nuevos costes para la empresa al tener dificultades en la gestión del talento

  • Genera una imagen negativa del mánager. Puede incluso verse como el ‘enemigo’. Falta de empatía, desconfianza, etc. Repercute en la forma de trabajar de los empleados. Ante dudas y problemas prefieren solucionarlos por sí solos antes que confiar en la figura con mayor poder por las consecuencias que pueda tener. 

  • Repercute en el trabajo en equipo. Un ambiente de trabajo negativo donde resalta el estrés perjudica la relación entre los compañeros, tanto a nivel personal como de trabajo. Personas más irascibles donde el trabajo en equipo se ve afectado. Esto lleva a otras consecuencias nombradas anteriormente, como la reducción de la productividad. 

Los efectos son en la mayoría de los casos negativos. No obstante, cabe señalar que hay ocasiones en que no. Por ejemplo, cuando se incorporan nuevos miembros en la plantilla. En estas circunstancias, es positivo tener a un jefe que controle de forma minuciosa al empleado. La finalidad es que se adapte al nuevo entorno de trabajo y conozca sus responsabilidades. Se trata de una especie de supervisión para verificar que comprende su rol.

Pero para mantener las connotaciones positivas, es necesario que esta supervisión vaya desapareciendo poco a poco con el objetivo de dar alas a ese empleado para que sea capaz de desarrollar su talento al máximo.

¿Cómo hacer frente a la microgestión?

Para hacer frente a la microgestión, lo primero y más importante es ser consciente de que la empresa está viviendo bajo este modelo de gestión empresarial. 

Para ello, es útil realizar encuestas sobre el clima laboral. De esta manera, la empresa puede conocer cómo se sienten los empleados, tanto entre los trabajadores como con los directivos. Es una manera de conocer si están satisfechos y detectarla, incluso en fases incipientes.

Las evaluaciones de desempeño son de gran utilidad, tanto para detectar el problema, como para hacerle seguimiento.

Es un proceso que se puede llevar a cabo con facilidad automatizando algunas partes del mismo, mediante un programa de RR. HH. De este modo, aseguramos su ejecución en tiempo y forma, algo vital para detectar y corregir la microgestión, pues te permite hacer un seguimiento muy cercano sobre la situación de los empleados y su relación con sus supervisores.

Con la innovación que incorpora un software de RR. HH., se puede analizar el rendimiento de cada trabajador de forma individualizada, pero sin necesidad de permanecer constantemente ‘encima’ del empleado, y limitar así la aparición del modelo de microgestión. 

Otro aspecto importante para acabar con la microgestión es la comunicación interna. Las empresas deben fomentar una comunicación activa y bidireccional. Los empleados deben tener la libertad de expresar su opinión o consultar dudas sin sentirse juzgados. En este sentido, también es útil el software de RR. HH. y sus funciones para evaluar el rendimiento, porque, entre otras cosas, permite la generación de feedback de calidad.

Ofrecer autonomía a los trabajadores a la hora de tomar decisiones también es importante. Es útil el uso de dashboards, que dan visibilidad a las ideas de cualquier empleado y ofrecen datos importantes para el desarrollo de la actividad de forma práctica y visual. Sirve para seguir todos una misma estrategia y cumplir los objetivos. 

Para englobar todo lo mencionado y acabar con la microgestión, se puede iniciar la llamada gestión del cambio o change management. Es un proceso para lograr ese cambio, modificando la estructura, automatizando tareas, etc. 

Por último, para acabar con la microgestión hay que tener claro el rol que desempeña cada uno en la empresa. Hay que saber delegar responsabilidades y distribuir tareas. 

¿Cómo afecta el teletrabajo a la microgestión?

El teletrabajo es un modelo que se ha implantado en muchas empresas y que puede alimentar o aumentar el riesgo de microgestión.

El director no puede verificar presencialmente la labor de los trabajadores. Y, en muchas ocasiones, suple esta carencia con numerosas llamadas, uso excesivo del correo electrónico, etc. E, incluso, la necesidad de implantar sistemas informáticos en los ordenadores, cookies y cualquier otra tecnología de supervisión. 

Todo ello tiene una repercusión negativa. Desde estrés, insatisfacción laboral o desmotivación, hasta la reducción de la productividad. 

Preguntas frecuentes

¿Cómo evitar la microgestión?

Para evitar la microgestión, hay que focalizarse principalmente en la figura del director. Este debe trabajar en el pensamiento negativo, en la delegación de tareas, la confianza hacia cada uno de los empleados e, incluso, sus propias inseguridades como líder. 

A partir de ahí, se pueden aplicar otras medidas, como la evaluación del desempeño, conocer la opinión de empleados a través de encuestas sobre el ambiente laboral, optar por el uso de dashboards, etc.; acciones que servirán para que la microgestión no se instaure dentro de la cultura organizacional.

¿Qué hacer contra el micromanagement?

Para acabar con el micromanagement,hay que evaluar la implantación de un sistema de productividad basado en objetivos

Es decir, explicar al equipo de trabajo qué objetivos se tienen que cumplir y su plazo. 

Los empleados, de manera autónoma, organizan las tareas a realizar. Así, al no existir unas tareas concretas y marcadas, el director solo podrá evaluar el resultado final. De esta manera, se puede llevar un control del rendimiento de los trabajadores, pero no un seguimiento constante, excesivo y exhaustivo de cada pequeño paso que sea necesario dar. 

A su vez se debe fomentar la comunicación y se deben implementar herramientas como un software de RR. HH. como Personio, para asegurar la ejecución de evaluaciones de desempeño o procesos de feedback.

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