23. julio 2020

¿Cómo evaluar el rendimiento del teletrabajador? 5 claves para hacerlo con éxito

let's make history

Parece que el ensayo de home office que el Covid-19 ha traído consigo llevará más tiempo del esperado. La falta de una vacuna que inmunice contra el virus ha llevado a muchas organizaciones a considerar la posibilidad de extender esta fórmula a lo largo del tiempo, o por lo menos alternarla con el modelo cara a cara.

Con esta nueva realidad, es importante reflexionar sobre cómo se evalúa a los teletrabajadores. Los criterios que se siguen cuando se trabaja en las instalaciones de la empresa, ya no son útiles, ni es necesario controlar constantemente todas las acciones del profesional que trabaja a distancia desde su casa, ya que este control puede crear un sentimiento de falta de confianza en el trabajador y tener un impacto negativo en su productividad. La clave es ajustar los parámetros para medir el rendimiento laboral del teletrabajador de forma que se asegure que realiza sus tareas al ritmo esperado y que cumple todos los objetivos previamente acordados.

Gestionar al personal desde la frialdad de una pantalla es un desafío para las organizaciones, especialmente cuando se trata de cuestiones tan delicadas como la productividad. Por este motivo, es importante tener en cuenta las siguientes consideraciones para que la evaluación sea eficaz para el desarrollo profesional del empleado y para la productividad y competitividad de la empresa:

1. Establecer una cultura de retroalimentación

En horarios de trabajo remotos, los empleados pueden perderse fácilmente en el camino equivocado, ya que están acostumbrados a estar cara a cara o en contacto cercano en la oficina. Por eso es clave que las empresas y los equipos establezcan una cultura de retroalimentación correcta, no sólo limitada a las revisiones anuales de desempeño y más a diario. En Personio hemos implementado una cultura de feedback constante, en muchas direcciones diferentes, para que los equipos estén bien guiados y puedan lograr diferentes objetivos, ganando tiempo y organizándose mejor.

2. Crear un entorno adecuado

La preocupación que a menudo crean las conversaciones entre el empleado y el jefe de equipo sobre el grado de cumplimiento de los objetivos fijados aumenta con la distancia. Por esta razón, es más importante que nunca romper el hielo con preguntas que muestren interés por su salud física y emocional, especialmente en situaciones tan extraordinarias como la actual y por otros asuntos no relacionados con el trabajo. También es conveniente adoptar un enfoque constructivo y abierto al diálogo.

3. Analizar conjuntamente los objetivos propuestos

Para avanzar es clave revisar qué objetivos se han alcanzado pero también detectar aquellos en los que han surgido dificultades con la idea de analizar si los problemas que aparecieron se comunicaron a tiempo, sobre todo ahora que se han digitalizado los procesos y canales de comunicación de la empresa, y reflexionar sobre cómo superar esos obstáculos. Independientemente de que los objetivos se hayan alcanzado o no, es clave demostrar que el trabajo realizado se valora para que el equipo esté aún más motivado en la actual situación de aislamiento social. Según un informe de Gallup, los empleados cuyos directivos se centran en señalar sus debilidades tienen un 26% menos de probabilidades de estar motivados.

4. Evaluación, asesoramiento y acción

Es importante repasar sistemáticamente los criterios de evaluación interna uno por uno y compartir las diferentes opiniones a través de un diálogo constructivo. El empleado debe sentirse libre de expresar y argumentar su punto de vista.

5. Preguntar al empleado

Conocer cómo se siente el empleado y qué le preocupa es básico para motivarlo y satisfacerlo, especialmente en esta situación, en la que la preocupación por la salud y la economía se combina con la necesidad de combinar el trabajo con el cuidado de los hijos, generando situaciones personales realmente complicadas. Pero esta retroalimentación debe ser bidireccional. Es decir, el empleador también debe mostrar interés en el punto de vista del empleado sobre su estilo de gestión, lo que ayudará a mejorar la dirección del trabajo.

La llegada de la nueva normalidad marca un antes y un después en la forma de trabajar y en la forma de relacionarse con nuestros empleados y nuestra empresa. Los responsables de la organización deben ser capaces de afrontar un cambio en la cultura empresarial que, a su vez, debe ir acompañado de un software de RR.HH. digital que facilite la gestión eficaz del personal y el talento a distancia.

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